La financiación para el desarrollo es crítica a mitad del camino de la Agenda 2030. Según el informe sobre los progresos en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2024, para alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible (ODS) se requiere un aumento anual de 4,2 billones de dólares en financiación para el desarrollo (Naciones Unidas, 2024). Esta cifra pone de relieve la brecha existente entre las necesidades de financiación a escala global y los recursos disponibles.
En el informe de avance de los ODS en América Latina y el Caribe del año pasado ya se hacía hincapié que estábamos en un momento crítico. El diagnóstico indicaba que no estábamos progresando en la forma y dirección deseadas. Los datos promedio para América Latina fueron los siguientes. El 25% de las metas fueron o serán alcanzadas de acá al 2030, el 48% de las metas podremos alcanzarlas si trabajamos con aceleradores (estas son 61 metas en tendencia correcta, pero con ritmo de avance insuficiente) y el 27% de las metas planteadas no serán alcanzadas. Hemos tenido retrocesos en varias metas, particularmente en aquellas vinculadas con combatir la desigualdad (ODS 10). En Centroamérica, la relación en términos promedio es aún más desafiante: 40% de metas serán difíciles de alcanzar con la tendencia actual, 33% de metas podrán ser alcanzadas si trabajamos en su aceleración, 27% de metas fueron o serán alcanzadas de acá al 2030 al ritmo actual.
La brecha de financiación para los ODS en los países en desarrollo ha aumentado un 56% debido a la pandemia y los gobiernos enfrentan cada vez más dificultades para sostener sus niveles de deuda. El espacio fiscal se ha reducido en la mayor parte de los países en vías de desarrollo disminuyendo la posibilidad de implementar políticas expansivas.
Las Estrategias Nacionales Integradas de Financiación son aceleradores de la Agenda 2030 y potencian el financiamiento público y privado para alcanzar los objetivos nacionales de desarrollo y los ODS. Por ello, en Honduras, el Sistema de Naciones Unidas actualizó la Evaluación de Finanzas para el Desarrollo (EFD) con el objetivo de fortalecer el nexo entre paz, respuesta humanitaria y desarrollo sostenible, identificando las necesidades críticas de financiamiento en el país. De igual forma, se desarrolló una Estrategia Nacional Integrada de Financiación (ENIF) con el objetivo de orientar la planificación estratégica y considerar diferentes opciones de financiación, a través del análisis de riesgo, la creación de incentivos específicos y el análisis de costo de posibles políticas y canales de acción.
Honduras es un país que ha vivido, y todavía vive, muchas crisis al mismo tiempo; en donde al impacto de la pandemia, se sumó el peso de los huracanes Eta e Iota en 2020, la crisis energética y el incremento de los niveles de inseguridad alimentaria y nutricional. El cambio de gobierno ha abierto una oportunidad para identificar nuevos objetivos nacionales de desarrollo, alinearlos con la Agenda 2030, y transitar por una recuperación justa y resiliente. Para avanzar por el camino del desarrollo sostenible la financiación juega un papel crítico.
La Estrategia Nacional Integrada de Financiación es un instrumento concreto para que el país aborde sus desafíos de financiamiento de manera planificada y coherente, ya que consolida la capacidad del Estados para articular las diferentes fuentes de financiación existentes y satisfacer las demandas básicas de su ciudadanía, avanzar en los objetivos nacionales de desarrollo y movilizar recursos para alcanzar las metas de los ODS.
La ENIF busca acompañar la reformar de la estructura tributaria para fomentar una distribución más equitativa del ingreso y mejorar la capacidad del Estado para financiar proyectos de desarrollo. Esta reforma incluye la mejora de la administración tributaria y la expansión de la base impositiva para incluir sectores insuficientemente gravados. Además, la Estrategia da prioridad a inversiones en infraestructura crítica como carreteras, hospitales y escuelas, así como busca fortalecer la transparencia y rendición de cuentas en la gestión de fondos públicos.
Honduras ha participado activamente de las Conferencias sobre el Financiamiento para el Desarrollo. El país ha llevado una voz sólida y realizado aportes a las discusiones internacionales sobre la modificación de la arquitectura financiera internacional con una clara visión país. Las Estrategias Nacionales ayudan a consolidar esa visión de país al asegurar que las políticas, los instrumentos y los marcos regulatorios de financiación de las diferentes áreas sean coherentes, sostenibles y estén informados sobre los riesgos.
En Naciones Unidas existe el compromiso de acompañar el surgimiento de una nueva arquitectura financiera internacional. El Secretario General, Antonio Guterres, ha remarcado que “una arquitectura financiera que no represente al mundo actual corre el riesgo de conducir a su propia fragmentación en un mundo en el que la geopolítica es en sí misma un factor de fragmentación”. El Plan de Estímulo ODS cuenta con 3 ejes de acción clave, fundamentales para la nueva arquitectura financiera internacional: 1) Abordar los crecientes riesgos de sobre endeudamiento y el alto costo de la deuda; 2) Financiamiento para el desarrollo masivo, asequible y de largo plazo y 3) Ampliar el financiamiento de contingencias para los países más necesitados.
La construcción de la Estrategia Nacional Integrada de Financiación en Honduras resalta la importancia de adoptar enfoques estructurados para los países en desarrollo, no solo para mejorar la sostenibilidad financiera a corto plazo, sino también para sentar las bases para un crecimiento económico inclusivo y sostenible para no dejar a nadie atrás. La Estrategia es, asimismo, un llamado al diálogo y la acción colectiva para materializar el compromiso de diferentes actores, públicos y privados, nacionales e internacionales, de construir una financiación para el desarrollo masiva, asequible y de largo plazo alineada con la Agenda 2030.
*Jefe de la Unidad de Comercio Internacional e Industria de la Sede Subregional de la CEPAL en México. Anteriormente, se ha desempeñado como Economista & Oficial de Coordinación de la Oficina de la Coordinadora Residente del Sistema de Naciones Unidas en Honduras.
